jueves, 10 de octubre de 2013

Mi almohadita

Tengo que haber venido de un pueblo, ya que soy una almohada y la lana sale de las ovejas. Entre a formar parte de la vida de Mary Carmen, pero no puedo decir cuando, solo sé que era muy pequeñita.
Pasé con ella unas enfermedades llamadas sarampión, rubeola y escarlatina, se puso roja y muy caliente.
Después me fui con ella al Colegio interna.
Cuando salió a los 15 años seguía abrazada a mí todas las noches, supe de sus problemas, para mi rarísimos, que si un chico la había mirado, que si no la hacía caso, ¡puaf! cosas todas ellas extrañas. Según oía a su madre, la adolescencia.
Luego un día estaba muy nerviosa porque se tenía que examinar, que no se bien que es, pero estuvo toda la noche sin pegar ojo y yo para arriba y para abajo. En fin una tortura.
Después a los pocos días me entere que había aprobado y que entraría a trabajar en el Ministerio de Trabajo, la oía decir que era su sueño, lo que ella quería ser desde siempre, yo la verdad no lo sabía.
También a los 18 años tuvo un novio que se querían mucho, pero no sé porque rompieron, creo que otro chico se metió por medio, más mayor y con más experiencia. Se caso con él,  de este matrimonio, su segunda hija también tenía la misma costumbre, dormía con una almohadita.

Bueno no puedo extenderme más contando historias, solo puedo decir que sigo con ella, a pesar de los años y de que sus hijas le dicen que hay almohadas más modernas, ella sigue siéndome fiel.

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