jueves, 10 de octubre de 2013

Marbella

Cada vez que paso por la Costa del Sol y veo la palabra Marbella escrita en el puente sobre la carretera, se me viene a la memoria un verano que pasé en ese pueblo; iba a descansar, ya que había tenido un año horroroso de trabajo.
He hospedé en un hotelito que los balcones daban a la playa, deshice las maletas y me baje a cenar, busque un chiringuito, me senté y pedí pescadito frito, estaban tocando una canción que no paró de sonar en todo el verano “Cuando calienta el sol”. Estando cenando, note que alguien me estaba mirando la parte posterior del cuello; tengo una especie de radar cuando me observan por detrás, me gusta y me altera, volví la cabeza y vi a un hombre muy moreno, con el pelo de tan negro que lo tenía que con la luz se tornaba azul y los ojos marrones oscuros, te comía con ellos y yo pensé inmediatamente, aquí de descansar nada de nada.
Se acercó a la mesa con una copa en la mano y se presentó, se llamaba Oscar, era gallego y también estaba solo pasando unos días.
Empezamos a hablar solo de tonterías, pero nuestros ojos no paraban de desear irnos de allí y pasar a otras cosas. Pagamos y me dijo muy quedo, “a tu casa o a la mía”. Yo pensé inmediatamente, por Dios, acabo de llegar al hotel y ya voy a subir con compañía. Le dije, “a tu casa, sino está muy lejos”.
Estaba al lado, abrió la puerta prácticamente conmigo en brazos, besándonos. Había visto la escena en películas, pero nunca la había vivido.
Nos tiramos en el sofá y en el suelo, fuimos rotando hasta el dormitorio, a la vez que nos quitábamos la ropa, una vez en la cama, ¡que apoteósico!, ¡qué  hombre!, era un demonio, las cosas que sabía hacer. Cuando nos quedamos dormidos, era la hora del desayuno.
Al despertarnos, lo primero que pensamos fue en comer algo, estábamos hambrientos. Después nos bajamos a la playa a bañarnos, a besuquearnos y a meternos mano en el agua y de vuelta a la habitación.
Así estuvimos todos días, hablando, tomando el sol, comiendo, durmiendo más bien poco, pero haciendo el amor muchísimo…………..

¡Ah no sé que es profesionalmente, ni nada de su vida. Tampoco el sabe nada de la mía.

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