Empezaré como si fuera un cuento,
pero no lo es ni mucho menos, podía haber sido una experiencia con consecuencia
desagradable para una chavala jovencita, un tanto inmadura.
Había vez una chiquilla muy guapa
y simpática, que sabía que entraba por los ojos a cualquier hombre que la viera.
El día en que se desarrolla esta pequeña historia, era la mañana de Noche
Buena, en el trabajo dieron la hora a las doce del medio día y la gente joven se marcharon a tomar copitas
por varios bares, primero cerveza, vino, tapitas y después se siguió con
bebidas más fuertes, si no estás acostumbrada te sienta fatal, eso le pasó a la
protagonista de la historia.
Un compañero la llevó a pasear y
tomar un poco el fresco, pero para fresco ya estaba él, empezó el besuqueo,
toqueteo y ella estaba mareadísima, lo que quería es irse a su casa y el muy
golfo, pidió un taxi, llevándola a una casa que acostumbraba a ir con alguna
que otra mujer. Estando en ella, se dio cuenta que no sabía nada de su
compañera, por no saber, no sabía ni su edad, le miró el bolso y vio que tenía
19 años, en la época que se desarrolla esta historia, no se era mayor de edad
hasta los 21 años y era delito acostarse con una menor, eso y solo eso, le
impidió cometer una infamia.
Estos hechos son reales, aunque
parezcan que son cosas que ocurren ahora, no es así, siempre ocurrirán por
culpa de chavalas sin seso y de hombres
con una moral penosísima.
De esta historia se saca una
experiencia positiva, siempre hay que ver el lado del que se aprende algo, por
eso se dice que la vida es la mejor Universidad, lo que hay que pedir a Dios,
es que los errores, no sean muy graves y si lo son afrontarlos con valentía-
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