El físico es lo primero que conocemos de quien no conocemos y puede darnos pistas de la forma de ser de esa persona, o llevarnos a error. En mi caso, la primera impresión que llevé de ella al verla fue la de ser una mujer alegre. Por el color de su pelo, el corte, el color de sus gafas y su forma de vestir.
Desde las uñas de los pies hasta la cabeza, pasando por sus andares, desprende un halo de alegría, ternura y cariño que envuelve.
Sus curvas invitan a abrazarla, con abrazo de oso, de esos en los que apetece quedarse un rato.
Su sonrisa, llena de dientes. Sus manos, grandes, generosas.
Y ella, entera, dispuesta siempre para los demás.
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