DÍA PRIMERO- RONCESVALLES-ZUBIRI
Partir amaneciendo:
Tal como me advirtieron , a las 6 de la mañana la mayoría del albergue está en movimiento y me despiertan. Yo he dormido estupendamente, pero escucho empiezo a escuchar los primeros comentarios sobre ronquidos tremendos que no dejan dormir. Mis tapones para los oídos son milagrosos, no me he enterado de nada.
Recogemos sacos, ropa, botas y bastones y salimos al casi frío del exterior. Partimos amaneciendo, nuestros ojos están muy abiertos, absorbemos todo con el ansia del primer día. Dejamos atrás una escultura espiral de metal oxidado que pretende simbolizar el Camino y que gusta mucho a Bosco.
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Tras Espinal afrontamos el Alto de Mezkiritz, la primera subida de cierta consideración. El resto hasta Zubiri es mayormente senderos en bajada entre pequeños pueblos, robles, hayas y pinos. Según leo, es de los paisajes que conservan más parecidos con lo que tuvieron que hallar los viajeros medievales siglos atrás.
"Brrruno":
Un italiano grande y rechoncho camina bamboleando su cuerpo por la leve pendiente. Lleva una bandera italiana cosida a la mochila de su espalda. Por delante le cuelga otra mochila más pequeña. Me llama la atención ese hombre grandote que pasará de los 65 años con su zancadas lentas pero constantes. Lo saludo y entablo conversación con él. Nos entendemos hablando cada uno en su idioma: "Se camina mejor así, compensando el peso de la espalda con otra mochila delante" contesta en un italiano sonoro. "Brrruno" dice llamarse.
Viene caminando desde su pueblo, en la región de Lombardía, cerca de Milán. Lleva caminados más de 750 kms desde el 8 de junio. Hago cuentas mentalmente y me asombro por los más de 30 kms que hace al día. "Es mi noveno Camino" y nos relata las cuatro vías francesas principales del Camino, algo molesto por nuestra ignorancia: Turonensis (que parte de París y pasa por Tours), Lemovicensis (desde la localidad de Vézelay pasando por Limoges), Podiensis (desde Puy-en-Velay), “Y la cuarta es por la que yo vengo, la Via Tolosana o Arletanensis que comienza en Arlés, pasa Toulouse y en entra en España por Aragón, por Somport".
A María José le fascina su historia, su pelo blanco muy corto, su barba también corta de abuelo bonachón y su voz bronca y enérgica. "¿Podemos hacernos una foto con usted?", "Certo!", y María José y Rosa se fotografían con él. "¡Cómo no fotografiarse con dos chicas tan guapas!". Nos despedimos amistosamente de él. Nuestro ritmo es un poco más rápido que el suyo y lo dejamos atrás. Camina con sandalias y lleva una cinta rojo en el pelo.
Poco más arriba nos encontramos al borde de la senda con la tumba de un japonés que no pudo llegar a Santiago. "No dejen piedras, por favor" puede leerse en su modesta lápida, junto a su nombre y a una foto suya. Y numerosas piñas se acumulan alrededor del enterramiento dejadas por algunos caminantes en homenaje a su persona.
Jesús Gelo Cotán
septiembre de 2013
Que bien, parece que estoy haciendo el camino yo también.
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