—
Qué buena noche, ¿verdad? Hacía tiempo que no me reía
tanto.
—
Sí, ha estado bien. Tenemos que repetirlo más a menudo,
que ya casi no hacemos nada juntos.
—
Claro, ya organizaremos otra. Por cierto, he olvidado
comentarte que ingresé cinco mil euros para la Fundación.
—
¿¿Cómo??
—
La Fundación de la que nos hemos hecho socios, ¡pero si
rellenaste tú los papeles! ¿Ya no te acuerdas?
—
Por supuesto que me acuerdo, Juan, pero dejamos claro
que por ahora sólo íbamos a ser socios, que no invertiríamos nada hasta pasados
unos meses. Y, además, ¡cinco mil euros!
—
Sí, cinco mil euros, lo que hablamos.
—
No me líes, no me líes, que eso fue una cantidad que
barajamos entre muchas otras, una posibilidad. Posibilidad, Juan, posibilidad.
Es que me parece increíble que ni siquiera me hayas consultado. Siempre haces
lo mismo. No sé qué pinto yo en esta casa, si aquí se hace siempre tu santa
voluntad.
—
Ya estamos con lo mismo.
—
Lo mismo, sí. Nunca tomas en cuenta mis opiniones, me
llevas a tu terreno para conseguir lo que quieres, y cuando me doy cuenta, ya
es demasiado tarde. ¡Me enredas, Juan! A veces pienso que estás conmigo sólo
por mi nómina. No quisiera pensar así, pero detalles como este me dan la razón.
Tú no me quieres, y yo ya no puedo más.
—
A ver, cariño. Traquilicémonos. ¿De verdad piensas que
no te quiero? Sabes lo que opino sobre la Fundación, y a pesar de ello, he
accedido a formar parte de ella, porque sé que para ti es importante.
—
Importante no, Juan, vital. No veo otra forma de tener
un hijo. En nuestra situación… ya me dirás.
—
Por eso, mi amor. Yo preferiría gastar esos cinco mil
euros en un vientre de alquiler. Seguro que por ahí hay alguna chica que
necesita el dinero más que esos.
—
Pero esto es legal. Y lo otro no. La Fundación
agilizará todo el trámite. Son poderosos. Y yo quiero un hijo, Juan, quiero un
hijo.
—
No llores, Pedro. Tendremos nuestro hijo. Y será
prefecto. ¿Me perdonas por haber adelantado el dinero sin consultarte? Lo he
hecho por ti.
—
Sí, claro. Lo siento. Ahora a esperar.
—
Durmamos, anda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cuenta, cuenta...