Las palabras son las piezas de un puzzle en una caja, los colores en una paleta, las madejas que reposan en el huso. Las palabras por sí solas sólo rellenarían diccionarios si no fueran domeñadas, conducidas, mimadas y ordenadas por los sentimientos. Son inertes si no tienen detrás sangre, vísceras y alma, son inútiles si no hay ojos, oídos y latidos que las recojan, las descifren y las vivan.
Nosotros jugamos con nuestras criaturas, como si fuéramos pequeños dioses, que a través de nuestros manejos con las inocentes partículas, intentamos eso tan difícil que se llama conexión.
! Menos mal que nos quedan los misterios!
Araceli Míguez
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