El sol entra por la ventana y cae
justamente en mis ojos, que se contraen con fuerza, hasta casi convertir los
dos párpados en uno solo. Pero no funciona, así que me doy la vuelta en la
cama.
Nada. Sigue habiendo mucha luz en
el dormitorio. Creo que se me acabó el sueño por hoy. Menudo dolor de cabeza.
No vuelvo a fumar. ¿Cómo se me ocurriría, con la de años que hacía que no
probaba un cigarro? Me pudo el nerviosismo, y ese olor que desprende el
Chesterfield, que me subyuga, uf. En cualquier caso este dolor de cabeza es
desproporcionado.
Mejor será que me dé una ducha, a
ver si me despejo un poco. Y luego, café. Café en vena. ¿Café en vena? ¿Ein?
¿Desde cuándo he necesitado yo café para despabilarme? En fin. A la ducha.
Qué dormidísimo está Víctor. Qué
envidia me da esa forma de dormir. No se entera de nada. ¿Y los niños? Esos sí
que duermen como quieren. De cualquier postura, profundamente, sin nada que les
nuble el pensamiento ni les dé dolor de cabeza tan temprano. Mis niños. Ay.
No lo digo más. ¡¡A la ducha ya!!
Hay que ver lo estrecho que se me
ha quedado el pijama. Jolines. No me había dado cuenta de lo incómoda que estoy
con él. Y con lo que me gusta dormir sin ropa, ni sé por qué me lo puse anoche.
Pis. ¿Por qué llevo una
tobillera? Es bonita. ¿¿Por qué llevo una tobillera??
La ducha no ha terminado de
quitarme el embotamiento que arrastro esta mañana. Probaré con el café. Vayamos
por orden, primero peinarme, que como se me enrede el pelo después no hay quien
lo ponga en su sitio, con lo rebelde que es.
El espejo se ha empañado con el
vapor de agua. Vaya. Haré un redondelillo para verme la car… ¡Ay, madre! ¿Quién
es esa? ¿Es Araceli? ¡Es Araceli! ¡Soy Araceli!
¿Seguro que lo que fumé anoche
fue Chester? ¡A ver si me dieron otra cosa y estoy alucinando!
Me vestiré lo más pronto posible
e intentaré salir sin que me vea Víctor. Aquí pasa algo raro y no sé cómo
respondería a las preguntas que podría hacerme si me viera.
Me tomaré el café por ahí.
Necesito pensar con calma.
Soy Araceli. Bien. Supongo que ella
será yo. La llamaré, a ver si sabe algo de todo esto.
—
Hola Araceli, buenos días… Una pregunta ¿Cómo estás?
¿te has levantado bien?
—
Hola. ¿Yo? Estooo, sí. Me he levantado perfectamente.
Mira, tengo a Teresa por el teléfono fijo esperando, te llamo en otro momento.
—
Noo, espera un segundo, no cuelgues. Ha pasado algo…
—
Rosa, de verdad, estoy en medio de un lío mu gordo, ya
hablamos.
—
¡Araceli! Que soy tú. Vamos, que me he despertado con
tu cuerpo como pijama.
—
¡Ay! ¿Tú lo tienes? Menos mal. Pensaba que lo tenía
Teresa y ella no sabe nada.
—
¿Teresa? ¿Por qué?
—
Porque yo me he levantado siendo ella.
—
Ooooh. ¿Entonces tú no eres yo? Ayy ¿Quién tendrá mi
cuerpo? No lo tendrá ella por casualidad, ¿no?
—
¡Qué va! Ella tiene el de Ángela.
—
¡¿Pero qué es todo esto?! Araceli, no vuelvo a ir
contigo a ninguna fiesta étnica de esas, paso. Ahora voy para tu casa.
—
Nooo. A mi casa no. Quedamos en el bar del Hotel Vereda
Real.
—
Vale.
Uuuuf. Esto es muuuuy raro.
Rarísimo.
Jesús me llama. A ver qué quiere.
—
Hola Jesús.
—
Hola Rosa, tengo que contart…
—
¡Ay! ¡Esa es mi voz! ¿Lo tienes tú? ¿Eres yo?
—
Síí ¿qué ha pasado? Tú no tienes voz de hombre. ¿Quién
tendrá mi cuerpo?
—
No, yo soy Araceli. Hemos quedado luego en el Vereda
Real. Ella es Teresa.
—
Joder. Ya te dije yo que esa fiesta era un poco rara.
—
Ya, ya. No vuelvo a hacerle caso. Ni recaudar dinero
para el Ateneo ni porras. Luego nos vemos. Un beso.
—
Jajaja. Te estás mandando un beso a ti misma.
—
¿Ni en esta situación puedes dejar de picarme? ¡Qué
hombre!
—
Vale, vale. Un poco de humor…Un beso.
Mmmm. Qué rico está este café.
Pero con un cigarrito estaría más bueno.
—
¿Perdone? ¿Me daría un cigarrillo y fuego? ¡Gracias!
Un cigarro. Vas a fumarte un
cigarro, Rosita. OTRO cigarro.
Ya. ¿Qué más da? Creo que hoy me
lo puedo permitir, joder. Tengo un problemilla más serio que un posible
enganche con el tabaco.
Pues sí que es mona la tobillera.
Voy a acercarme a la tienda de
abalorios que abrió hace poco en Triana. Tengo ganas de hacerme un colgante y
unos pendientes a juego con ella.